En un mundo en plena mutación tecnológica, una iglesia ubicada en Lucerna, Suiza, ha decidido dar un paso audaz al integrar la inteligencia artificial en sus prácticas religiosas. Apodado Deus in Machina, este proyecto recurre a un avatar de Jesús diseñado por IA para recoger las confesiones de los fieles. Si algunos alaban esta innovación, otros no dudan en criticarla, calificándola de gadget sacrílego. Este fenómeno suscita así intensas discusiones sobre el futuro de las prácticas religiosas en la era digital.
Presentación del proyecto Deus in Machina
En el corazón de esta instalación, un confesionario habitualmente dedicado a la reconciliación espiritual ha sido transformado en un espacio donde los visitantes interactúan con un holograma de Jesús. El avatar, delicadamente diseñado por el procedimiento de IA, es capaz de conversar en no menos de 100 idiomas diferentes, ofreciendo así una accesibilidad sin precedentes a los fieles. Antes de comprometerse en una discusión, el holograma emite una advertencia: «No divulgue en ningún caso información personal, utilice este servicio bajo su propio riesgo, presione el botón si acepta.»
Un diálogo enriquecedor o una simple experiencia gadget?
Las reacciones de los visitantes varían ampliamente. Para algunos, los consejos proporcionados por el avatar son reveladores y ofrecen una formidable claridad sobre temas complejos. Un fiel testificó su sorpresa por la pertinencia y la facilidad del intercambio, citando respuestas inspiradoras sobre cuestiones como la espiral de la violencia y la manera de remediarla, abogando por la oración en lugar de la retribución. Sin embargo, otros expresan reservas, calificando esta experiencia de simplista, e incluso de «gadget» cuya espiritualidad parece estar reducida a un algoritmo.
Las controversias alrededor de la inteligencia artificial y la fe
Las prácticas religiosas a menudo se oponen a los avances tecnológicos, y este proyecto no escapa a la regla. De hecho, algunos críticos sostienen que la presencia de un Jesús virtual en un lugar sagrado es una aberración. Usuarios en plataformas sociales, como X (antes Twitter), se han abierto a reflexiones espartanas como «no sé si es un sacrilegio o si es realmente genial». Además, se han emitido amenazas anónimas contra la iglesia, temiendo que el proyecto de Deus in Machina conlleve consecuencias más graves de lo que se podría pensar.
Respuestas del clero y perspectivas futuras
Frente a estas críticas, Marco Schimd, teólogo de la iglesia, ha reconocido que este proyecto plantea cuestiones éticas importantes, al tiempo que asegura que las respuestas proporcionadas por el holograma coinciden con la comprensión teológica de la iglesia. A pesar de las controversias, Deus in Machina sigue siendo una instalación temporal cuyo objetivo principal es suscitar discusiones sobre el rol de la IA en la religión. El acceso 24/7 a este tipo de apoyo espiritual podría incluso, si los resultados son concluyentes, ver a otros chatbots asumir responsabilidades en la práctica eclesiástica.
Un mundo en mutación: las implicaciones de la IA sobre la espiritualidad
A medida que las fronteras entre espiritualidad y tecnología se desdibujan, estas innovaciones prometen redefinir nuestra comprensión de la religión en el futuro. El caso de Deus in Machina representa un punto de inflexión en la historia de las prácticas religiosas. Esto plantea interrogantes sobre el lugar de la inteligencia artificial en nuestras vidas, pero también sobre cómo concebimos el diálogo espiritual. Será interesante seguir las evoluciones de este proyecto así como los resultados de esta experimentación, cuyas conclusiones finales deberían estar disponibles próximamente.